Alta Preocupación

EL COVID que avanzó a un ritmo vertiginoso planteó otro indicador superior al quinquenio pasado. Esta vez no es posible hablar de "herencia maldita", sino de una situación ante la cual ya se tomaron medidas emergentes pero nada se hizo para prevenir en el contexto de las festividades decembrinas.

DESPLAZÓ la emergencia el asunto de la camioneta Mazda y los diez cuerpos de zacatecanos. Tampoco es posible decir que vinieron a tirarlos de las entidades vecinas. El tema nos ha llevado a un desaliento que no logramos superar en mucho tiempo.

A LA VIOLENCIA se le agrega nuevamente el Covid 19 y en la estrategia, como ya lo dije en días pasados, no se contempla a la burocracia con asistencias escalonadas ni mucho menos a las madres trabajadoras cuyos hijos otra vez vuelven a las clases virtuales.

COMO anillo al dedo llegó el asunto de la pandemia porque durante el fin de semana bajó la intensidad mediática de la entrega siniestra a las puertas de palacio de gobierno.

INFORMACIÓN dura, en todo caso, la que trascendió en los últimos días en Zacatecas mostrando las enormes debilidades de los gobiernos –tanto federal como estatal- ante situaciones extremas que nos hacen sentir profundamente vulnerables por una u otra razón.

IMPORTANTE en todo caso, la participación social. A casi cinco meses de la gobernanza la inseguridad se agudiza y aunque Monreal informa en mensajes grabados, redes y boletines que el plan presidencial ha dado resultados, las características de los eventos delictivos llevan la percepción en otro sentido.

DESPUÉS de lo ocurrido el jueves se han presentado reacciones que al final de cuentas politizan el asunto como ocurre siempre, solamente ha cambiado el espacio que ocupan los protagonistas del cuestionamiento y la exigencia, sin que la respuesta considere un frente común que ayude en algo.

DEL EPISODIO escabroso quedaron las palabras de David señalando que la violencia dejó de ser tema de Estado para convertirse en responsabilidad social. La expresión es incorrecta en la forma y en el fondo, sin embargo a pesar de las críticas David la sostiene y es lamentable.

DEL JUEVES negro hubo voces aplaudiendo la presencia de Monreal en el lugar de los hechos. En mi opinión era lo mínimo que podía hacer, no lo veo como mérito y el contenido de su mensaje fue desafortunado en la reseña inexacta y el llamado a encomendarse a Dios.

NO ASÍ la cuestión del Covid. Aquí David apareció con el nivel que un gobernador debe asumir y eso me da esperanzas de que quizá puede comenzar a entender la importancia de su investidura y actuar en consecuencia sin escuchar a los aduladores y malos asesores le han hecho tanto daño.

EN EL ÁNIMO de la gente prevalecen ambos temas con alta preocupación y muy poca confianza en las autoridades. Ante la pandemia el comportamiento de la sociedad es fundamental; ante la violencia David debe entender que la contención y la respuesta es obligadamente del Estado y no de la ciudadanía.