Bien Hecho
CLAUDIA SHEINBAUM decidió bien al acudir a la entrevista con uno de los periodistas más rechazados por Andrés Manuel y más pugnaz con él. La candidata no tuvo el menor problema para responder a cada interrogante con argumentos convincentes.
DIO BUENA SEÑAL esta mujer tan estigmatizada por la sumisión ante el porro de palacio nacional. Escucharla tan serena y tan dueña de sí misma me dejó muy buena impresión porque tener encima una figura como la del presidente es un peso muy difícil de soportar.
AL ACEPTAR acudir a las instalaciones de Radio Fórmula los mensajes que la doctora envió aún sin hablar, fueron prometedores. Estamos hartos de los ataques de López que jamás ha aceptado la crítica y la ha respondido con una rabia que ya es insoportable.
LA ENTREVISTA no omitió los temas neurálgicos en el escenario de la sucesión pero fue evidente que se pactó el tono y el contenido mostrando, simultáneamente, un buen trabajo periodístico y una actitud inteligente de la que seguramente será presidenta.
CON LÓPEZ DÓRIGA y con cualquier periodista del mundo es posible, necesario y hasta obligado aceptar esta clase de ejercicios informativos que representan para el entrevistado enormes oportunidades para demostrar tanto capacidades como respeto.
ME GUSTÓ la manera en que Claudia Sheinbaum reivindicó su propia personalidad porque su talón de Aquiles es ubicarla como el clon del líder, imagen que solamente se romperá cuando demuestre –como lo hizo- que tiene el carácter para presentarse en los foros más controversiales.
SU TEMPLANZA para mí fue la evidencia de que está preparada para afrontar el reto inmenso de llegar a la presidencia y conducirse, como bien lo explicó, apegada a un movimiento al que pertenece con absoluta convicción pero con personalidad y decisiones propias.
SU CLARIDAD en cada tema me dejó gratamente impresionada porque respondió con razonamientos y sin agredir y algo fundamental: no se aferró al argumento de las herencias malditas ni mencionó a ex presidentes como los autores del desastre nacional.
Y SU FIRMEZA augura, desde mi punto de vista, la certeza de que al lograr la meta será capaz de conducirse con autonomía, si no al arranque, si al momento en que sea posible deslindarse sin poner en riesgo el proyecto que definió como "el segundo piso de la transformación".
PUEDE SER que al principio cargue con el lastre del absolutista López Obrador que bien promovió la revocación de mandato para amedrentar a la sucesora. Ella desde ahora asume que está obligada a un trabajo de excelencia para no llegar a ese extremo. Bien hecho.
PRESIDENTA ¡Suena tan esperanzador! Yo cuento los días para dejar de ver a diario al bravucón desde una mañanera tediosa de condena y polarización constante. El ingreso de una figura femenina y un nuevo rostro será oxígeno para este país ¡Que el tiempo vuele por favor!