Contra Murillo
LA INSEGURIDAD que ha llevado a Zacatecas a tocar fondo supera con mucho el señalamiento de un solo responsable. La lógica de las "herencias malditas" que plantea la 4T argumenta que se produjeron durante décadas y es imposible superarlas en el corto plazo.
REPRESENTA el discurso y la postura de personajes que pertenecen a esta corriente y que se limitan a señalar culpables, un asunto que muestra enormes contradicciones cuando, por una parte, se justifica la falta de resultados y al mismo tiempo se buscan responsables que, por cierto, no son apoyados.
UN PROBLEMA tan severo como el que sufrimos y se ha recrudecido de manera brutal no se puede adjudicar exclusivamente al Fiscal del Estado, Francisco Murillo Ruizeco como lo está haciendo la senadora Soledad Luévano al exigir que renuncie.
DEMASIADO solo ha estado Murillo y ha debido sortear enormes dificultades que comienzan por la falta de dinero desde el quinquenio pasado y con una perspectiva sumamente estrecha si consideramos que el gobierno morenista y sus aliados recién le aplicaron un fuerte recorte.
COMPLEJO y sumamente difícil ha sido el trabajo de Murillo. Me pregunto por qué desde el Ejecutivo y el Legislativo no se ha manifestado, primero un mayor interés por saber la manera en que saca a flote la Fiscalía, y luego, la determinación de respaldo con el monto de recursos que requiere.
RECLAMA la senadora Luévano la salida inmediata del Fiscal y pone el acento en que asumió el cargo en el quinquenio de Alejandro Tello, adjudicándole a esta particularidad una carga que sugiere ineficiencia mientras vemos los absurdos del gobierno que transcurre.
UN PROYECTO serio es lo que necesitamos urgentemente en Zacatecas, un plan en el que se involucren todos los que se encuentran en lugares donde pueden tomar decisiones y abonar a la solución que les atañe a varios y no solamente al Fiscal.
INTEGRAL es la palabra correcta y la atención al fenómeno de la violencia no se circunscribe exclusivamente a la Fiscalía desde luego tiene una gran responsabilidad pero no es posible asumirla sin los elementos indispensables. Me consta que Murillo tenía altas expectativas en la gobernanza.
Y NO ha encontrado hasta ahora, estoy segura, el respaldo que requiere aún y cuando ha sido condescendiente al extremo de someterse a las extrañas dinámicas de comunicación presentando él también, videos de información sin admitir preguntas de reporteros, a riesgo de evidenciar la falta de autonomía.
SE RESOLVERÁ, me pregunto, la situación extrema del estado acusando de una tardía o nula respuesta a la Fiscalía que a veces no puede ni abastecer de gasolina a los encargados de realizar operativos y para colmo, insisto, le redujeron más el presupuesto.
CON UNA RENUNCIA como la que pide Soledad Luévano no será posible afrontar la delicadísima situación que vivimos. Si el fiscal permanece en silencio como reclama la senadora, habría que incluir al Secretario de Seguridad Pública en la misma acusación. El asunto va más allá de pedir que se vaya Murillo.