Debilidad Institucional
Golpea la obligada reducción de actividades a quienes padecieron más severamente la primera ola y si bien el último reporte refleja una sensible baja en el número de contagios.
EL COVID que nos volvió a colocar en semáforo naranja haciendo reaccionar a las autoridades que determinaron nuevas restricciones en la vida cotidiana de los zacatecanos, tendría que estarse enfrentando también con estrategias de reactivación y apoyo para los sectores más afectados.
NUEVAMENTE la pandemia representa un retroceso cuando apenas comenzaban a recuperarse aquellos que dejaron de prestar servicios en el larguísimo período vivido antes de que aparecieran las vacunas que -ya lo estamos viendo- no han sido garantía total ante la enfermedad.
GOLPEA la obligada reducción de actividades a quienes padecieron más severamente la primera ola y si bien el último reporte refleja una sensible baja en el número de contagios, lo cierto es que el impacto negativo en términos económicos no varía con este indicador.
LA ECONOMÍA de suyo frágil por éste y por motivos de un rezago que no ha sido posible revertir en Zacatecas, se presenta más vulnerable que nunca y naturalmente quienes han limitado sus ingresos por tantas y prolongadas restricciones vuelven a un punto lamentable.
Y TAMPOCO se presenta siquiera ni un esbozo de proyecto para contrarrestar de alguna manera los efectos de las nuevas medidas. Desde septiembre pasado dejamos de escuchar algo sobre créditos a micro y pequeños empresarios o respecto a los programas de apoyo que mínimamente debían estar en marcha.
EN ESTE TEMA podrían existir acciones pero no se están comunicando y deberían redoblarse ante la nueva circunstancia. Tanto tiempo de llevar a cuestas el Covid debió dejar lecciones a los responsables del quehacer gubernamental y ya no aplica la maldita herencia para justificar la inactividad.
OBSERVAMOS una Secretaría de Economía ausente -igual que las demás- cuyos titulares seguramente estarán haciendo algo en sus respectivas áreas pero está prohibido decirlo y eso influye en la opinión tan desfavorable de los zacatecanos en mediciones como la que le comenté ayer.
ACCIONES que no presentan un orden lógico y la torpeza del área de comunicación social contribuyen a generar la peor percepción que hayamos tenido de un gobierno. Ahora he revalorado la importancia de informar desde el ente público y me sorprende la incapacidad que advierto.
PARA afrontar situaciones como la que vivimos ante la pandemia y sus impactos es indispensable elaborar estrategias, insisto, que incluyan la acción y la difusión en un mismo nivel de importancia. La primera puede estar ocurriendo, pero sin la segunda, se provocan vacíos que afectan seriamente.
AFRONTAR los momentos de emergencia como este es asunto del gobierno estatal y no basta con los informes cerrados y limitados que estamos recibiendo y que no generan la menor confianza. Los auténticos equipos de alto nivel tienen que mostrar un rostro muy distinto al que estamos viendo.
LA SITUACIÓN en todo caso, requiere acción y difusión y lo que vemos es parálisis desde todos los puntos de vista evidenciando debilidad institucional. Así las cosas, parece que la única alternativa es la voluntad de Dios. Por algo fue ésta la recomendación en reciente y fatídica fecha.