Demandas
Un alcalde debe resolver lo que la circunstancia le presenta. Julio pudo firmar el acuerdo con el IMSS que eliminaba once millones de pesos de multas.
LAMENTO lo que sucede en un lugar tan entrañable como Guadalupe donde cotidianamente se viven eventos delictivos graves pero la autoridad municipal establece prioridades muy a tono con Morena, la 4T y su proclividad a degradar la política en todos los órdenes de gobierno.
LA SITUACIÓN es bastante conocida y de suyo desgastada por la insistencia, durante cuatro años del alcalde Julio Cesar Chávez, a exhibir a su antecesor Enrique Flores, como un ladrón que cometió fraudes cuyos montos ha cambiado en distintos momentos.
DE GUADALUPE vale decir que Chávez recibió el gobierno en una entrega oficial y documentada, con un adeudo de 37 millones de pesos por cuotas laborales del ISR y 50 millones que no se entregaron a tiempo al IMSS por falta de recursos, algo que ocurre en municipios del país desde siempre.
CON datos precisos, Flores ha explicado la razón por la que tomó decisiones. Él también enfrentó la responsabilidad de un préstamo heredado por casi 300 millones y 26 millones más por laudos laborales perdidos y transcurrió por 24 quincenas consecutivas con sólo un peso en participaciones.
UN ALCALDE debe resolver lo que la circunstancia le presenta. Julio pudo firmar el acuerdo con el IMSS que eliminaba once millones de pesos de multas y permitía pagos escalonados. Antes que hacerlo optó por una demanda penal contra Enrique señalando que se había robado mil millones de pesos.
CONFLICTIVO (por adjetivarlo de alguna manera), el comportamiento de Chávez que primero habló de mil millones, luego de 800 y en campaña para la reelección presumió finanzas sanas asegurando que Guadalupe, con él al frente, se dirigía a una etapa de franco progreso y superación.
Y TAMBIÉN vale mencionar que invariablemente ha mediatizado el tema mientras su propia gestión es señalada por la contratación de una empresa privada para la recolección de basura a la que se paga un millón y medio de pesos cada semana.
CUESTIONADO por esto, trascienden sus aspiraciones a una candidatura al Senado mientras compromete las finanzas del municipio en 709 millones de pesos con una erogación anual de 70 millones para la basura que en el período de Enrique y con recursos propios se recogía con 15 millones de pesos al año.
AL USAR ahora a mil 800 trabajadores para que presenten demandas individuales contra Enrique Flores, argumentándoles que las omisiones del ex presidente impactarán sus futuras pensiones, Julio César Chávez toma una ruta éticamente incorrecta y claramente ventajosa.
A LOS guadalupenses y a los zacatecanos no es posible engañarlos ni tratarlos como menores de edad, sin embargo a mil 800 familias sí manipulándolas, dejando correr amenazas y aprovechando liderazgos sindicales sin compromiso ni valor para enfrentar este nuevo y lamentable episodio.
TRABAJADORES para los que se ofrecen todas las facilidades y permisos con tal que acudan a demandar se encuentran entre la espada y la pared, la población de Guadalupe envuelta en sangre y Flores a punto de demandar a Chávez por calumnias y difamación. Se había tardado. Hace muy bien.