Esperanza

Por encima de los poderosos que mueven como a títeres a los encargados de impartir justicia en el tema electoral.

Esperanza

EL CASO que protagonizan Ulises Mejía e Iván de Santiago y que para muchos ha sido motivo de bravuconadas y hasta de burla expresada en redes sociales, ha seguido un curso que le abonó al despertar ciudadano ante una situación que se enfrentó con gallardía y con valor.

ULISES E IVAN ya son un referente histórico en Zacatecas. Su caso no tiene precedente desde cualquier ángulo que lo valoremos y en realidad fue una sorpresa que el Consejo General del IEEZ les otorgara los registros que les había negado.

REPRESENTA esta resolución el logro de una meta que todavía era difícil alcanzar, sin embargo la situación se resolvió después de una sesión extraordinaria que no borra el desprestigio ganado a pulso por el representante del Iezz, Virgilio Rivera Delgadillo.

EL TRIUNFO por la recuperación de sus registros no les devuelve el tiempo que otros aspirantes gozaron gracias a una estrategia ventajosa, burda y manejada con hilos de poderes fácticos, sin embargo sí le otorga sentido al lema de su movimiento que es por la justicia y la dignidad.

DE LA forma en que fueron tratados, especialmente Ulises, nos queda una lección de la que deben tomar nota especialmente los jóvenes con inquietudes políticas: es posible construir una carrera sin tener que arrodillarse ante el cacique. El camino será más largo, pero al final de cuentas más satisfactorio.

RAZÓN poderosa la que movió a los protagonistas de la historia: rescatar su honorabilidad y devolverle a la población la posibilidad de participar en procesos democráticos en los que la gente se incorpora con el nivel de conciencia crítica que tanta falta nos hace en Zacatecas.

POR ENCIMA de los poderosos que mueven como a títeres a los encargados de impartir justicia en el tema electoral, debe estar la ciudadanía y la democracia como gran objetivo para rescatarnos a nosotros mismos.

DEL proceso que vivieron Iván y Ulises debemos tomar nota desechando toda la podredumbre que se puso en evidencia y rescatando lo más valioso que es la perseverancia y la determinación por demostrar que la hombría de bien no puede ser pisoteada como evidentemente fue el intento.

ABUSO el que todos vimos y que muchos disfrutaron como si estuvieran en la arena de un ring y que muy probablemente seguirán burlándose en la lógica de que el tiempo "perdido" ya no lo recupera nadie.

AHORA SIGUEN y de hecho están en marcha horas intensas de proselitismo como cierre de una jornada que nunca se detuvo. Ulises e Iván estuvieron en las calles y las colonias de la capital con el recurso del movimiento que encabezan y muy probablemente su estrategia sea más fructífera que la campaña tradicional.

LAS URNAS serán la evidencia final del viacrucis. En todo caso encarnaron un episodio político inédito que, como todo, se verá en perspectiva y que, reitero, deja una lección que genera esperanza de no tener que arrodillarse ante nadie.