¡Feliz Navidad!
La política, igual que la pandemia, trajo en el año que está por concluir expresiones decadentes que provocan más hastío del habitual.
DEJEMOS por ahora los temas electorales, las alianzas, las decisiones cupulares, los centralazos, los desencantos, las ventajas para los que evidentemente irán por un camino despejado gracias a negociaciones del más alto nivel y vayamos por un momento a la fecha anual más entrañable para todos.
LA POLÍTICA, igual que la pandemia, trajo en el año que está por concluir expresiones decadentes que provocan más hastío del habitual. Los zacatecanos no manifiestan interés, si acaso un cierto morbo. El manejo del tema se localiza en el que llamamos "círculo rojo" en el que nos movemos unos cuantos.
POR HOY sólo diré que las alianzas concretadas estos días le abonan a un mayor rechazo porque desaparecieron de la escena figuras que les daban sentido. Otros que también se aliaron, se mueven por intereses de grupo y usan a Zacatecas como "moneda de cambio". Que patético.
Y HAGAMOS hoy un recuento de nosotros, de nuestra vida, de nuestra familia, de nuestros anhelos y de nuestras metas. Ya en la recta final del 2020 lo más importante para todos es haber llegado con vida y sin enfermedades. Por desgracia muchos se fueron y otros la pasaron mal.
UN ALTO es obligadísimo para darnos cuenta de lo pequeños que somos ante embates tan dañinos como fue -y es- la pandemia del Covid 19, que marcó el año con un comportamiento devastador rebasando todo pronóstico y toda proyección en México y en el mundo.
PARA millones de seres humanos fueron meses de angustia, de incertidumbre y de pérdidas tanto de seres queridos como de recursos para sobrevivir. Para quienes no tienen la fortuna de un empleo estable la situación fue -y sigue siendo- verdaderamente grave.
LA REFLEXIÓN debe enfocarse señaladamente al balance de nuestro entorno familiar y social. Ha sido difícil pero estamos de pie y debemos seguir en la batalla por vencer la adversidad.
EN TIEMPOS como los que nos ha tocado vivir, debemos darle cabida al optimismo y a una gran conciencia personal sobre la importancia de abonarle a una contención del problema sanitario mediante actitudes cuidadosas en extremo para salir lo más pronto posible.
DE CONVIVENCIA como en otros tiempos ni hablar. Que la situación nos sirva para entender lo mucho que teníamos y que no habíamos valorado o habíamos derrochado en la más completa inconsciencia.
ATÍPICA se volvió la vida en el 2020.
SIN PERDER el ánimo conviene levantarnos de la pena y la depresión que nos ha alcanzado inevitablemente y pensar que siempre hay una luz al final del túnel. Debemos esperarla con esfuerzos permanentes para coadyuvar a que llegue.
LA ESPERANZA es una condición humana que nos otorga ánimos para seguir. Yo les agradezco a todos los que leen y escuchan este espacio de opinión por su respetable compañía. Les deseo una muy Feliz Navidad y un mejor año 2021.