Lo correcto
LOS BUENOS oficios y la voluntad de atender aún a quienes eventualmente resulten incómodos por sus posturas y su crítica a los distintos órdenes de gobierno, es una obligación ineludible de los gobernantes y omitir esta responsabilidad constituye una deficiencia lamentable.
POLÍTICOS de auténtica vocación tienen la capacidad de entender este principio y actuar en todo lo que hacen bajo la lógica de un desempeño donde es posible alcanzar acuerdos basados en el diálogo que obligadamente debe acompañar el ejercicio gubernamental.
ACREDITAN esta cualidad solamente aquellos que también entienden que la suya no es una postura de superioridad sino de servicio y eso encuentro regularmente en el quehacer del alcalde de Fresnillo de quien siempre hablo en positivo a pesar de que suelo recibir algunas críticas por ello.
ESA VOCACIÓN es la que hace falta en Zacatecas, como decía ayer, tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo, donde se viven episodios que evidencian una total ausencia de la más elemental noción de su compromiso con los zacatecanos en general.
EN ACTOS que debieran ser la constante de los políticos profesionales se dimensionan sus capacidades y surgen las valoraciones ciudadanas que ya sabemos nunca habían sido tan negativas como ahora sin que nadie reaccione para corregir.
OBLIGADOS a entenderlo, los servidores públicos actuales no muestra tal posibilidad, por eso cuando encuentro muestras de voluntad política hago un alto para comentarlas con la idea, muy seguramente ilusa, de que la torpeza abra paso a la inteligencia y al esfuerzo por cambiar lo que anda mal.
Y ES la reciente reunión que Saúl sostuvo con la dirigencia estatal de Antorcha Campesina la que motiva mi reflexión porque conozco la postura crítica de esta agrupación respecto a los gobiernos de morena y la 4T que el cachorro se asume con toda madurez.
EL CASO es que se efectuó una reunión de trabajo entre Osvaldo Ávila Tizcareño, presidente del comité antorchista en el estado, así como Guillermo Guerrero Viramontes, líder social en la demarcación y por parte de las autoridades el propio presidente municipal Saúl Monreal y Juan Pérez, Director de Desarrollo Social.
DEL ALCALDE de Fresnillo escuchó todo el tiempo expresiones que lo asocian obligadamente a sus hermanos, al apellido, descalificando a todos los integrantes de la familia y rodeándolos de rumores que afectan su probidad e incluso su honestidad.
SAÚL lo sabe y me parece que libra una batalla permanente para mostrarse como un individuo que actúa de manera independiente y sigue forjándose una trayectoria con metas a las que por supuesto tiene derecho y naturalmente existen adversarios que no juegan precisamente limpio.
MONREAL el cachorro, digan lo que digan, está concentrado en su trabajo y preocupado por ofrecer resultados en medio de muchísimas adversidades. Es un hombre que hace política y es cuidadoso en el trato con todos. Me dio gusto verlos a él y a Oswaldo Ávila acordando acciones por Fresnillo. Enhorabuena.