Nuevo Daño
ES VÁLIDO exigir una revisión sobre la metodología para establecer resultados de mediciones que ubican a Fresnillo y a Zacatecas como los municipios más peligrosos del país. La clasificación se produjo en este período vacacional y tanto Saúl Monreal como Jorge Miranda la rechazaron.
RESPONDER ante datos tan adversos es una reacción lógica, sin embargo el asesinato de dos personas en el cerro de la Bufa confronta las posturas y los datos duros que muestras descenso en homicidios dolosos, dando lugar a una nueva crisis social y un impacto brutal en contra de Zacatecas.
ANTE el hecho, volvimos a situarnos en el episodio del inicio del gobierno de David Monreal cuando fueron depositados varios cadáveres a la puerta del palacio de gobierno, como una especie de mensaje directo al gobernador que clamó a Dios soslayando su compromiso con el estado.
EL INEGI es una institución con amplísima experiencia que mide una infinidad de indicadores en este país y sus resultados se consideran infalibles, pero es razonable la exigencia de los alcaldes respecto a la metodología para entender las conclusiones que trascendieron en estos días de asueto.
FRESNILLO sufre una clasificación que parece acentuada y Zacatecas capital entró en esa misma dinámica por las estampas de violencia que hace tiempo se presentaron en varios puntos y que hoy se repiten con lo ocurrido en un lugar emblemático, de alto nivel turístico.
Y ZACATECAS como estado no logra recuperarse. A nivel nacional e internacional nos etiquetan llevándonos a una situación inmerecida que nos afecta y que genera un estado de ánimo difícil de superar porque de un momento a otro ocurren asesinatos y personas heridas como este fin de semana.
HAN MEJORADO las estadísticas y habíamos vivido un período relativamente tranquilo pero de nueva cuenta nos rebasan los hechos ante los cuales muy probablemente escuchemos a un gobernador asumiéndolo como la reacción ante la eficacia del plan pacificador de Andrés Manuel.
PERO es difícil arraigar esta lógica entre la ciudadanía. El daño ha sido mayúsculo. El de López Obrador está a punto de trascender como el más sangriento de los últimos tres sexenios -que tanto odia- sin asumir la responsabilidad que le corresponde.
EL EVENTO en el emblemático cerro le agrega sal a la herida que no cierra. Estamos lejos de la paz que anhelamos. Tratar de abonar algo a una actitud optimista se complica ante hechos tan alarmantes como este cometido a plena luz del día en presencia de familias que disfrutaban de un paseo.
EN LA BUFA que es símbolo de triunfos revolucionarios se escribió esta página que plantea un reto enorme. Las posturas de Saúl Monreal y Jorge Miranda, que comparto totalmente sobre la encuesta del Inegi, no alcanzan a convencer a los analistas más críticos y con lo sucedido resulta más difícil.
CIMBRA TODO la idea de que estamos muy mal. Comenté con Ciro Gómez Leyva que veo mejor a mi tierra y me pidió que le compartiera cifras, es lógico, la estadística vale. Tenemos números pero sucesos como este rompen de tajo con cualquier intento por influir a favor de nuestro querido Zacatecas. Qué triste.