Olivares: la Excepción

Al comparecer Olivares demostró con absoluta claridad por qué en su paso por el gobierno de Alfonso Sánchez Anaya (1999-2005) en Tlaxcala.

Olivares: la Excepción

BRILLÓ el titular de Finanzas como un funcionario serio, eficiente y sensible. Sin él la "nueva gobernanza" estaría desmoronada. Ricardo Olivares me preocupa por Zacatecas. Su permanencia no puede estar sujeta a la ceguera de aquella que detesta a quien sea inteligente y pensante.

RICARDO OLIVARES en efecto, como bien lo expuso Enrique Laviada, llevó la comparecencia con que se abrió la glosa del primer informe de gobierno, a una sesión donde fue posible discutir asuntos político/financieros que durante todo un año han estado ausentes del debate.

AL COMPARECER Olivares demostró con absoluta claridad por qué en su paso por el gobierno de Alfonso Sánchez Anaya (1999-2005) en Tlaxcala, también como secretario de finanzas, se convirtió en el soporte y brazo derecho del entonces mandatario, llegando luego al Senado en el primer período del 2007.

EN LA GLOSA por supuesto fue cuestionado sobre los polémicos y graves temas que han desgastado prematuramente al gobierno, por ejemplo el Issstezac, la discrecionalidad en salarios a la burocracia dorada y el tiempo del conflicto magisterial, entre otros, que en estricto sentido debía responder David Monreal.

NO SÓLO explicó de forma convincente y bien sustentada el secretario cada planteamiento de opositores y legisladores de Morena (que intentaron romper el quórum en una de sus habituales y mediocres prácticas), sino que afrontó los asuntos que no le competen directamente y lo hizo de manera magistral.

DESPEJÓ DUDAS y subrayó algo que en su mensaje con motivo del informe David Monreal presentó como el logro central de su gobierno: el equilibrio financiero que no sería posible -eso lo digo yo- sin este servidor público que recibió un reconocimiento unánime, justo y correcto.

HIZO posible el secretario expresiones plurales destacando su buen desempeño. El diputado a quien respeto particularmente en esta LXIV Legislatura, Enrique Laviada, afirmó que el papel del secretario se distingue dentro de un gabinete que de alguna manera hace suyo y eso mereció su reconocimiento personal.

UN EJERCICIO interesante el de esta glosa con un formato distinto en horas en las que indiscutiblemente Olivares acreditó que puede ser -y es- interlocutor del Ejecutivo con el Legislativo. Lo destacó Laviada, lo suscribo y comparto su preocupación de que esta afortunada particularidad no implique "que lo corran".

IMPORTANTE que esta afirmación trascienda lo anecdótico y se entienda bien asumiendo que no se trata ser "lacayo", "ayudante", "chalán" o "confidente" del gobernador como lo es Carlos Zúñiga, que así quedo exhibido por el diputado Juan Mendoza.

HAY MOTIVO para la aparente hilaridad al relatar Mendoza que en sus giras, ante cualquier planteamiento, el gobernador llama invariablemente a "Zuñi" que es todo esto menos titular de la Sedesol y así la mayoría del bien bautizado por el diputado como "gabinete Zuñi", exceptuando a Ricardo Olivares.

PARA CELEBRAR en todo caso, la comparecencia de cuyos datos duros se ocuparán las reseñas periodísticas. El Secretario de Finanzas es un gran pilar de este gobierno y los alfileres de los que está prendido no han caído gracias a sus buenos oficios, lo he comentado reiteradamente y el Congreso dio fe al respecto.