Olivares
EN POLÍTICA lo que cuenta son los resultados, todo lo demás es demagogia y politiquería y la glosa del informe tendría que ser un espacio para revisar el quehacer gubernamental en distintas áreas mediante un ejercicio ordenado, serio y honesto.
LO QUE hemos visto ahora por parte del Ejecutivo y el Legislativo es una expresión totalmente alejada de esta posibilidad, salvo muy honrosas excepciones, ofreciendo para quien se interesa en el tema, un espectáculo bastante grotesco.
CUENTA mucho el nivel y el perfil de los actores centrales de esta puesta en escena. De los servidores públicos prevalece la inconsistencia y hasta el desconocimiento de su responsabilidad, y de los diputados, la incapacidad para cumplir cabalmente su función.
SON pocos los que evidencian al menos haber leído los datos del informe y han dejado testimonio de su escaso interés haciendo vacíos o rompiendo el quórum, mientras la mayoría de funcionarios acude por mero trámite sin abonar algo que valga la pena.
LOS RESULTADOS tendrían que ser la materia prima de la glosa que en alguna de sus acepciones establece que es "la aclaración de un texto escrito" ¿Hemos visto algo al respecto? Evidentemente no. La tribuna se ha usado, tanto para el populismo como para el ataque visceral.
RICARDO Olivares, Secretario de Finanzas, ha marcado, desde el inicio de este sexenio, una diferencia muy notable respecto a sus compañeros de gabinete con un desempeño excelente. Como bien lo dijo la diputada panista María del Mar Ávila, él ha mantenido a flote a este gobierno.
OLIVARES le ha aportado a Zacatecas estabilidad financiera y ha sido, desde que se integró años atrás como subsecretario de ingresos, un profesional nunca limitado al quehacer burocrático, sino a la búsqueda de opciones de beneficio para el estado como los impuestos ecológicos, de los que es autor.
LE OTORGA a los zacatecanos este maestro de fino trato, discreto y prudente, la certidumbre y la garantía de una gestión capaz de sobreponerse a los recortes del gobierno federal que ha logrado sortear exitosamente aplicando medidas acertadas y evitando mayor endeudamiento.
NO VEO la razón para agredirlo con la furia con que lo hizo Enrique Laviada que me pareció más bulleador que diputado al pretender llevarlo a un pronunciamiento político improbable en contra del gobierno morenista, de la 4T y de su antecesor Jorge Miranda, en el contexto de las "herencias malditas".
POR QUÉ actuó de esta manera el legislador más brillante de la LXIV Legislatura no me lo explico. Él conoce el valor de la institucionalidad que exige la pertenencia a un gobierno por muy fallido que éste sea y sabe perfectamente bien que el de Ricardo Olivares no es un perfil para este tipo de debate.
INSULTARLO hasta por el hecho de esbozar una leve sonrisa cuando recibía el reconocimiento mayoritario de los legisladores y exigirle que se asumiera como el gran responsable del fracaso del gobierno peor calificado de la historia fue un despropósito y un abuso absoluto de la tribuna del Legislativo. Que lamentable.