Pragmatismo

MUCHOS personajes de la política han transitado por varios partidos abonándole al mayor rechazo de una sociedad alejada desde hace mucho tiempo de institutos políticos que no entusiasman y que cargan con el lastre del desencanto ciudadano.

AÑOS han pasado y siguen pasando, sin que la vida partidista recupere la fuerza que alguna vez tuvo sustentada en ideologías bien establecidas que parecen desdibujarse debido al pragmatismo que resulta del interés único por alcanzar poder.

HAN sido capaces de agruparse en coaliciones impensables que sin embargo, son necesarias en las batallas electorales, salvo algunas excepciones como Movimiento Ciudadano, auto designado "tercera vía", ante las otras dos grandes alianzas que hoy existen en México.

TRANSCURRIDO un tiempo de acomodos que ya no sorprenden, la posibilidad de ir en solitario en las próximas elecciones le ha generado a ese partido el cuestionamiento de algunos analistas y de políticos locales que valoran esta postura como un apoyo a Morena a quien le hacen, -dicen-, "el juego sucio".

SIN QUE sorprenda ya, insisto, el diputado Enrique Laviada y el ex alcalde de Zacatecas, Cuauhtémoc Calderón, anunciaron su salida del partido naranja después de cuestionar públicamente a su dirigente nacional, Dante Delgado, ubicándolo como "esquirol" del movimiento de Andrés.

LOS PARTIDOS son un espacio imprescindible para llevar a cabo procesos electorales y esa es su actividad central pero en el caso de aquellos con menos militantes, son vistos como franquicias, un negocio con dueño y regularmente familiar.

LOGREN o no despertar el interés y el apego ciudadano, esos partidos satélite sirven para sumarlos en el Congreso de la Unión y sacar adelante iniciativas presidenciales o gubernamentales, sin embargo, MC ha logrado, de manera individual triunfos relevantes en el país.

REMONTAR el rechazo y avanzar como ha ocurrido en este partido, no es asunto menor, sin embargo el argumento de los críticos y de figuras como Laviada y Calderón para marcar distancia, es en esencia la negativa de ese partido a coaligarse con otros para derrocar a Morena en el 2024.

EL DESPRESTIGIO pasó a un segundo término y lo que hay en la actualidad en materia partidista tiene un uso coyuntural al margen de los contenidos ideológicos que, reitero, van quedando diluidos, exceptuando quizá a los que pertenecen a una misma orientación (izquierda o derecha).

CON OPOSITORES que hoy se muestran débiles y sin liderazgos en la escena política nacional, la ruta de las alianzas se presenta como la única posible para dar la pelea en contra del partido dominante y la posición de MC lo vuelve absolutamente susceptible de señalamientos como el de Laviada y Calderón.

NADA CONVINCENTES las posibilidades de conformar un frente opositor como el que ellos plantean. Respecto a su decisión me pregunto si tendrá algún impacto en la vida política estatal donde la figura de Amalia García, -en contraste-, le otorga nacional y localmente un importante v
alor al partido naranja.