Tendencia
CARLOS PEÑA habló recientemente de una tendencia que mucho ha dañado a la política en México y en Zacatecas al referirse a quienes optan por emigrar de sus partidos cuando no resultan favorecidos con una candidatura. El asunto va más allá de alguna referencia específica.
PLANTEÓ el entusiasta dirigente estatal del PRI, una situación de fondo que ha impactado severamente a los partidos y que se ha acentuado desde que Ricardo Monreal puso el gran ejemplo en Zacatecas al protagonizar una ruptura histórica con ese partido en 1998.
UN TEMA de esas dimensiones debe analizarse y corregirse legalmente porque a fin de cuentas los ciudadanos -que quedan en manos de las decisiones de personajes sin valores ni principios- son los más afectados porque están a merced de quien sólo atiende intereses personales.
DE FONDO el planteamiento de Peña cuando afirmó que en el tricolor hay apertura, hay disposición pero de ninguna manera los partidos políticos pueden aceptar exigencias, presiones o chantajes de algún aspirante, lo que exhibe un problema en este momento.
AL REFERIRSE a las condiciones personales de todos los aspirantes a un puesto de elección popular, subrayó que la prioridad ahora mismo es ganar y en ese caso resulta imprescindible entender las circunstancias y el momento. Si algunos no lo están asumiendo hacen mal.
A LOS CAPRICHOS es necesario desterrarlos de la realidad. Me impresiona que algunos protagonicen este comportamiento porque solamente ponen en evidencia la carencia de ideales que obligadamente deben ser el sustento de los políticos auténticos.
DE ALGUNOS que han triunfado después de cambiar de estafeta política no pueden desprenderse otras historias exitosas. Sabemos de personajes de la vida pública estatal que han realizado un auténtico turismo partidista abonando a su desprestigio personal.
SIN DUDA el asunto es de fondo, insisto, y si bien observamos en este momento coaliciones impensables, éstas responden a otras coyunturas. Aun así generan rechazo entre los más radicales que, sin embargo, se alinean ante la pertinencia de los proyectos.
PLANTEA pues Carlos Peña una cuestión relevante que debe entenderse en toda su trascendencia. En momentos de definiciones lo más importante es garantizar un alto nivel de competitividad electoral. Aquellos que no lo entiendan se encuentran fuera de la realidad.
UN PROBLEMA de la dimensión del capricho no puede tener cabida en momentos en que se jugará el futuro del estado y del país. Lo que debe prevalecer es el raciocinio y la demostración absoluta de que la vocación es auténticamente política y no mera ambición personal.
LAMENTABLE el mensaje pero indiscutiblemente necesario. Yo espero que lo entiendan quienes se aferran a postulaciones inviables. El momento del estado y de la nación no es para esta clase de oportunistas. Bien por Peña que lo dejó perfectamente claro.