Vocación Política
EN EL mes de la mujer es interesante comentar acerca de aquellas destacadas por el activismo que demuestran especialmente en el área de la política desde la cual mucho se puede hacer por todas en un país y un estado donde todavía quedan amplias brechas por superar.
TIEMPO distinto en buena medida el que les está tocando a vivir a las nuevas generaciones de mujeres, sin embargo algunas deben ir contra corriente porque su circunstancia personal les impide un mayor avance y es el caso de Caty Monreal Pérez.
DE LAS vivencias de esta zacatecana, una corresponde a su parentesco directísimo con el líder del monrealismo. Lo que sugiere una gran ventaja es, irónicamente, un obstáculo, porque existen demasiadas inquietudes entre otros miembros de la familia.
MUJERES como Caty Monreal merecen oportunidades. Por supuesto que sí. Está demostrando que su vocación política es verdadera y que sus metas están relacionadas con el servicio a la gente, especialmente la más necesitada, con la que se relaciona con extrema facilidad.
SOBRESALEN también sus esfuerzos en favor de las mujeres. Participa en distintos movimientos y encabeza iniciativas para promover acciones diversas que las visibilicen exponiendo, en distintos foros, los problemas que padecen desde siempre.
ROSTROS como el de Caty que se ha preparado académicamente y que tiene la mejor escuela en un padre excepcional, me generan la esperanza de que la juventud puede vivirse con clara conciencia de lo mucho por hacer desde cualquier expresión política.
JOVENES como ella y mujeres con trayectoria de muchos años deben entreverar su tiempo y su potencial para seguir avanzando y situarse -como lo está haciendo Caty- en un espacio respetable y ganado por un mérito personal y no por un apellido.
COMO hemos visto -y quiero destacarlo muy especialmente- Caty ha desplegado un trabajo de base que sin duda ha contribuido a los altos porcentajes que alcanza David Monreal en las mediciones para la gubernatura del estado.
EL DE Caty ha sido un esfuerzo de operación política sumamente eficaz y hace falta reconocerlo. En otras expresiones políticas no veo mujeres con este nivel de entrega y de compromiso.
CATY ha demostrado liderazgo y madurez política. Tanto así que optó por salir de la escena que le planteaba la posibilidad de una candidatura a diputada federal para dar paso a otros miembros de la familia, hombres, para variar.
MONREAL es un apellido que para Caty ha pesado en distintos sentidos, sin embargo ella continúa, por eso digo que es auténtica y firme. Yo la animo a que siga adelante con la certeza de que para ella quedan muchas oportunidades para vivir plenamente su vocación política.