¿Y el Gobernador?
LOS CAPRICHOS de Verónica Díaz y su incondicional, Juan Carlos López Elías Subsecretario de Ingresos, de la Secretaría de Finanzas impactaron una de las pocas áreas del gobierno que está marcando un antes y un después y me refiero al Catastro y el Registro Público de la Propiedad.
SE IMPONEN el autoritarismo y la prepotencia que caracteriza el comportamiento de esta mujer tan nociva para Zacatecas que ha colocado en espacios de relevancia a tipos muy cuestionados por su trato déspota y su indolencia como es el caso de López Elías.
AHORA resulta que por un momento de coraje y por resabios personales, el subsecretario decidió despedir de la dirección de Catastro a Héctor Menchaca, de quien los notarios públicos zacatecanos están dando excelentes referencias y ya cuentan con un compendio de logros inéditos.
DESTITUYERON en forma sorpresiva a quien está logrando, junto con la Directora del Registro Público, acortar plazos, avanzar en la modernización de las áreas rezagadas históricamente y dando pasos hacia el establecimiento de mecanismos largamente anhelados por los profesionales de las notarías.
A HÉCTOR MENCHACA le están reconociendo la evidencia de servicios más eficientes y flexibles y el fortalecimiento de la relación de transparencia y cercanía con la ciudadanía como lo detalló en un artículo el notario Jaime Santoyo y no es sólo una opinión suya, coinciden sus homólogos.
DE UNA MANERA desaseada que por supuesto no pasó por las manos del Secretario de Finanzas, Ricardo Olivares, que se caracteriza por su buen trato, su madurez y su fineza y por lo visto sin las indicaciones del gobernador David Monreal, el súper subsecretario actuó como un auténtico patán.
ARBITRARIA y totalmente absurda esta decisión que Monreal deberá revisar porque ni los cuadros de Verónica Díaz ni ella pueden ignorarlo a él, a sus inmediatos superiores y a todo el que se ponga enfrente al amparo de una cercanía con la que se mueve como gobernadora.
EL HECHO deberá revisarse por lo que implica primero que nada en términos de una superioridad que es incorrecta, y luego, valorando el excelente desempeño de Menchaca y los resultados que no tengo espacio para enumerar pero que demuestran notables aciertos tan escasos en la gobernanza.
PROVOCÓ esta locura (porque lo es) el asombro de quienes observamos el desarrollo de la administración pública y constatamos que los tentáculos de la delegada federal se incrustan con reiterada torpeza rompiendo con el orden más elemental.
LA PREOCUPACIÓN por los actos recurrentes de una superioridad que rebasa al propio mandatario estatal e interfiere en otros poderes como el Legislativo, emergió en esta ocasión con la separación abrupta de un funcionario que está trabajando con esmero.
ENTRE NOTARIOS que están tan reconocidos con el quehacer de Héctor seguramente buscarán alguna alternativa para tratar de que la absurda y descuidada decisión sea reconsiderada, lo que tendría que ocurrir para demostrar quién manda en Zacatecas y para no interrumpir la buena marcha del área.